La afectividad como experiencia política entre trabajadoras sexuales en la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C.

Foto tomada del internet.

La afectividad como experiencia política entre trabajadoras sexuales en la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C.

Por Jaime Montejo de la Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle, Ciudad de México, 18 de marzo de 2018.-

La ponencia titulada “Emoción y política. La vergüenza y las trabajadoras sexuales callejeras en la Ciudad de México”, escrita por la feminista Marta Lamas Encabo, nos muestra cómo “(e)n las ciencias sociales, el llamado giro afectivo se aparta de la indagación tradicional sobre la naturaleza de las emociones para explorar el efecto que éstas producen en la sociedad”.

Marta Lamas nos habla del proceso de resignificación política, que permitió a un grupo de trabajadoras sexuales identificadas plenamente como tales, superar la vergüenza, a través de un trabajo de manejo de la afectividad.

“La sensación de sentirse sucias la comparten muchas trabajadoras (sexuales)”, señala Lamas y va del lado del estigma y es allí donde la emotividad juega un papel político muy importante para poder avanzar en la lucha por el reconocimiento de sus derechos laborales, a partir de su propio auto-reconocimiento, nos señala la autora.

Nos dice Marta, que “(e)l tránsito de muchas trabajadoras sexuales de vergonzosas a desvergonzadas es resultado del proceso que han vivido por el trabajo de acompañamiento político y afectivo de Brigada Callejera en Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”.”

Es así como “(e)n su labor, Brigada Callejera no sólo reivindica al sujeto político del trabajo sexual, sino que además ha puesto en marcha un dispositivo afectivo que concientiza políticamente sin descuidar lo emocional. Su modelo de acompañamiento plantea discusiones políticas centrales y, además, impulsa a las compañeras para que cuenten sus experiencias personales: “éstas son mis heridas, ésta es mi vida”. Estar con ellas, día y noche, les genera una reparación afectiva mientras que comprender el peso del injusto contexto social, las desculpabiliza.”, añade Marta Lamas.

Es así como, reflexiona Lamas, “lo político va de la mano de lo emocional”.

La autora se pregunta cómo le hace la Brigada Callejera para que esa experiencia emocional, individualizada “se vuelva parte de una reflexión política que analiza cómo funciona el mundo, la economía, el mercado?: con un dispositivo similar al pequeño grupo de autoconciencia feminista que favorece la comunicación. Así, además de “nos encontramos para autoayudarnos”, otorga un sentido político a la transformación. Brigada lee en otra clave las experiencias dolorosas y traumáticas y su perspectiva interpretativa vuelve política una vivencia que ellas suelen reducir a su propia voluntad.”

Una de las conclusiones de Marta Lamas, es que “(e)l trabajo de Brigada Callejera es un paradigma donde las emociones compartidas en contextos privados, circulan en una economía afectiva que tiene resonancias públicas”.

Ver el artículo de Marta Lamas completo en pdf:
https://archive.org/details/EmocinYPoltica